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lunes, 31 de octubre de 2022

Tres cualidades básicas de un docente que ejercita el valor de la entrega

El Calendario Escolar 2022-2023 sugiere para el mes de noviembre la entrega como valor a resaltar, cultivar y atender. Nos parece un excelente momento para reflexionar desde nuestros respectivos roles, autocuestionarnos desde un enfoque positivo, de mejora y de crecimiento, para poder tomar oportunamente las acciones que nos permitan ofrecer lo mejor de nuestras capacidades profesionales y personales en lo que resta del año escolar. A continuación compartimos algunas preguntas que pueden ser de utilidad para esta reflexión:

¿Cómo ha sido mi nivel de entrega en el inicio de este año escolar? 
¿Está alineado mi nivel con las necesidades de mis estudiantes? 
¿Qué acciones podrían ser de utilidad para mejorar en este sentido?

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la entrega como una acción que involucra prestar atención, mostrar interés y realizar un esfuerzo en ayuda de una o varias personas. Apoyados en este concepto sugerimos algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para potenciar nuestra entrega como docentes y líderes educativos en la dinámica escolar:

  • Atención. Vivir en constante balance para entregarnos con mayor dedicación a lo realmente importante: el aprendizaje de calidad de nuestros niños, niñas y adolescentes. Valorar sabiamente cómo administramos nuestro tiempo, ser rigurosos en lo trascendental para el aprendizaje y flexibles en lo que puede ser delegado, pospuesto o modificado en función de las realidades y necesidades que manifiesten nuestros estudiantes. 

  • Interés. Estar presentes en el aula con nuestra mente y nuestras emociones.   Equilibrar en su justa medida el interés de alcanzar los propósitos académicos, de cumplir el plan de estudios, desarrollar los contenidos y actividades para la promoción de competencias y adquisición de conocimientos, pero sin descuidar el aspecto humano, trascendente y transformador de nuestro rol. Ejercitar la flexibilidad y la humildad de reconocer cuando sea necesario realizar ajustes en nuestra práctica pedagógica en beneficio de potenciar la mejora de aquellas áreas que responden al interés primario de propiciar un servicio de calidad.

  • Esfuerzo. Mantener siempre firme el compromiso con la formación integral, con entregar lo mejor de nuestras capacidades en el aula, con dar la milla extra cuando sea necesario para apoyar, acompañar y desarrollar las competencias fundamentales de nuestros estudiantes. Ser resilientes ante las circunstancias y reponernos a los desafíos que se nos presenten, siempre motivados por la relevancia detrás de la labor docente. Un esfuerzo en el aula, representa un impacto multiplicador en miles de vidas, familias, nuestra sociedad y el mundo.

Docentes entregados a su labor, son rayos de esperanza creíble para la comunidad educativa, para los niños, niñas y adolescentes, así como para sus familias; que tienen el poder de transformar vidas, aportar a la mejora del sistema educativo y construir una mejor sociedad.

¡Seamos un ejemplo de entrega por la educación dominicana, desde el amor, la fe y la esperanza puesta al servicio de nuestra comunidad educativa!

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