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jueves, 26 de enero de 2023

Palabras de exhortación en el acto cívico y educativo por motivos del 210 aniversario del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte

Buenos días distinguida Gobernadora Magalys Tabar Manzur de Goico, distinguida directora Distrital Betania Celeste Severino Ramos, con su venia permitame saludar con ustedes a las demás autoridades militares, civiles, dentro de ellas las  autoridades educativas: tecnicos Distritales, directores de centros educativos, maestros, estudiantes, madres, padres tutores, público presente y televidente, excusen que por razón del tiempo que pretendo agotarles nos les mencione sus nombres a todos. 

En representación del instituto Duartiano y mi encomienda divina aquí no es relatar la vida, los hechos y los pensamientos de Juan Pablo Duarte, lo que me corresponde es simplemente darle algunas palabras de exhortación en este evento de carácter histórico, educativo y cultural,  permitanemte decirle que nuestros estudiantes hoy lo harán como sus grandes maestros y maestras les han enseñado y motivado a hacer.

Aunque solo tengo unos minutos porque queremos dar el mayor tiempo a nuestros amados estudiantes, como miembro  del Instituto Duartiano creemos necesario expresar algunas palabras.

Hoy 26 de enero es un día muy importante para la República Dominicana, y lo primero es dar las gracias a Dios por la vida, por la misericordia con cada uno de los que estamos aquí celebrando y conmemorando el nacimiento de uno de los hombres más grande que ha nacido en America, y el más pulcro y honorable que pariera una mujer y por cierto una a
Seibana en República Dominicana.

Por siempre la gloria, el honor y los aplausos sean a nuestro Creador, al Dios altísimo porque nos premió con que en esta tierra de Él Seibo, naciera la que fue progenitora del ideólogo de nuestra nacionalidad. 

Demos gracias a Dios porque sus valores, sus deseos y anhelos de ver su patria libre de toda potencia extranjera fueron materializados y aunque murió en el destierro hoy podemos catalogar impresionante su obra majestuosa.

Preguntaran que porque en estas mis primeras palabras he dado tanta importancia y dado las gracias a Dios por lo que hizo Juan Pablo Duarte y es que no imagino una República Dominicana si Dios no ha hubiese soñado y hubiese puesto en Duarte la sabiduría para que junto a otros luchara hasta verla independizada.

La convicción que tenía Duarte de la soberanía de Dios era tal, que en el juramento trinitario, aunque en ocasiones se distorsionen ciertas prácticas que dicen se hicieron, las primeras 12 palabras relatan sus principios cristianos al decir: “En nombre de la santísima, augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente”.

Nuestra enseña tricolor tiene una cruz en centro que indica indefectiblemente que la obra redentora de Jesús era valorada por el ideólogo de nuestra patria. 

En el centro de esa cruz hay un escudo, y en la cinta superior de ese escudo la primera palabra es Dios, mostrando abiertamente la fe en ese que todo lo puede. Si, Duarte creyo que su patria solo con Dios podía ser libertada. 

Finalmente para extenderme mucho, en estos tiempos en que a las personas le gusta todo rápido, sencillo y simple sin el más mínimo esfuerzo y sacrificio, quiero recordarle que en el centro del nuestro escudo está la Biblia abierta y que el versículo que se pude leer allí es Juan 8:32 y dice: “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

De que debe ser libre hoy usted  que está aquí, de que debemos ser libres todos, de que debe ser libre la República Dominicana?

Como maestro, de carrera y locutore que le gusta preguntar le dejo la tarea de investigar, de que y cómo podemos contribuir a que nuestras vidas y nuestra patria siga siendo libre.

Seamos libre del egoísmo, de la apatía, del orgullo, del rencor, seamos libres de todo aquello que quiera dividirnos, de todo aquello que quiera alejarnos del verdadero propósito de Dios para nuestras vidas, seamos libres de pensar que nuestro pueblo seguirá en las condiciones que está, seamos libres del pensamiento derrotistas y pesimistas, seamos libre y reavivemos nuestra fe,  pensemos  que si en 1844 Dios nos ayudo a liberarnos del yugo haitiano, hoy, mañana y cuando sea necesario nos ayudara otra vez a hacerlo.

“Que si fuere mil veces esclavas otras tanto ser libre sabrá” dice uno de los versos del himno nacional, y no es que querramos volver a ser esclavos sino que tememos a Dios y en él una firme convicción como la tuvo Duarte, de que podremos, oiga bien con la ayuda de Dios, podremos ser libres, que sin importar que los esfuerzos de nuestras autoridades en las frontera parecieran insuficientes, que sin importar lo que obren los países que quieren aprovecharse de los recursos naturales de la hermana nación haitiana, que sin importar los acuerdos tras bastidores y en contra de nuestro país que hayan consumado traidores, que conspiran contra la salud de la patria.

Que sin importar que nuestras calles, caminos, ciudades, campos, plazas comerciales y puestos laborares en vilacion a la ley estén llenos de indocumentados ante la mirada indiferente de las autoridades migratorias, que sin importar que nuestra solidaridad hoy lleve a que más del 80% de nuestro presupuesto de salud sea en beneficio de los haitianos y que nuestras escuelas estén dándole el sagrado pan de la enseñanza, sin importar un sin número de cosas que ustedes a diarios perciben, sin importar lo que el mismo infierno trame… 

Nuestra patria ha de ser libre, Dios nos ayudará a ser verdaderamente libres, libre de la idolatría, del vudú, de las prácticas culturales que no tienen arraigo en el temor a Dios, que fue quien inspiró a Duarte en levantar esta gran nación, a levantar este gran país por el cual todos, desde el más pequeñin de nuestros estudiantes, hasta el más encumbrado funcionario debe luchar. 

Muchas gracias Dios les bendiga.

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