En 1971 a propuesta de la FAO, se institucionalizó el Día Forestal Mundial en la fecha en que comienza el Otoño en el hemisferio Sur y la Primavera en el Norte.
En el mismo, se destaca la importancia de los bosques como proveedores de bienes y servicios esenciales, ambientales, sociales y económicos para el ser humano. También se resalta su contribución a la seguridad alimentaria, a la mejora de la calidad del agua y del aire, la protección del suelo y la absorción de dióxido de carbono.
Mientras el día es recordado por distintos organismos internacionales, oficiales o no gubernamentales, la
foresta planetaria sufre en silencio las consecuencias de la actitud depredadora humana, que año a año reduce de manera alarmante su superficie, condenando a la extinción a miles de especies de la biodervisidad asociada a ella.
" Las selvas tropicales están desapareciendo a una tasa de casi el 1% anual". "Más de 34.000 especies de plantas (12,5% de la flora) está en peligro de extinción" y cada planta superior que desaparece
extingue no menos de 30 especies (insectos, hongos, bacterias). Pat Roy Mooney, EL SIGLO ETC, Edit.
Nordan, Enero 2002.
Durante el Día Forestal Mundial se realizan jornadas sobre la importancia de los bosques, su utilidad, su cuidado o sobre el peligro que para ellos representa el fuego. También se muestran las herramientas y procedimientos que se emplean en los incendios y se motiva a los asistentes a que planten un árbol.
Este día se celebra desde 1998, a raíz del incendio Linton (Canadá), en que murieron cinco combatientes que pertenecían a una brigada forestal.
Frente a la agudización del calentamiento global, debemos asumir un compromiso de defensa de la foresta, por cuanto ella tiene una gran capacidad de absorción de dióxido de carbono (CO 2), uno de los principales gases causantes de ese desequilibrio climático.
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