De: Instituto512
Los niños, las niñas y los adolescentes, comienzan regularmente el año escolar con mucha energía, con altas expectativas con relación al nuevo ciclo que les espera y con entusiasmo por retomar su dinámica dentro del centro educativo, luego de concluido el periodo de vacaciones. Sobre todo en estos últimos dos años, donde la valoración e importancia de estar juntos en el entorno escolar ha aumentado significativamente, tras vernos en un escenario donde el distanciamiento y las limitaciones nos hicieron extrañar y comprender lo trascendental que es el ambiente escolar para el funcionamiento adecuado de las personas y de la sociedad.“El entusiasmo es emoción, con inspiración, motivación y una pizca de creatividad” Bo Bennett
Procurar una alta motivación es clave para que cada niño, niña y adolescente comience las clases con optimismo y, así mismo, marcar un buen inicio puede ser determinante para alcanzar resultados positivos al final del ciclo escolar. Es por eso que como líderes educativos debemos priorizar en nuestra planificación educativa las estrategias y rutinas, que despierten y ayuden a mantener vivas las ganas de aprender desde el primer día.
A continuación, les compartimos algunas ideas que pueden ser útiles para despertar el entusiasmo por aprender en el contexto de un nuevo año escolar:
Marque un inicio inspirador. Lo más emocionante de empezar, es que la carga de expectativas e inspiración se encuentra probablemente en su máximo nivel. Podemos entonces contemplar acciones que ayuden a nuestros estudiantes a conectar con sus motivaciones para el nuevo año escolar. Por ejemplo, a los más pequeños, se les puede pedir que realicen un primer dibujo, el cual guardaremos en una cápsula del tiempo. Al final del año escolar, podrán volver a ver su dibujo e identificar sus propios avances y logros. A los estudiantes de más edad podemos pedirles que escriban una carta dirigida a ellos mismos, donde mencionen sus metas y expectativas personales para el nuevo año escolar y conservarlas hasta que el mismo concluya. Se puede además crear un mural inspirador que permanezca visible durante todo el año escolar, donde se coloquen frases motivadoras elegidas por los mismos estudiantes, y a las que podamos recurrir en los momentos donde se perciba que las energías se agotan o se reducen.
Hágales sentir importantes y escuchados. Si bien es cierto que la planificación educativa responde a contenidos preestablecidos y a actividades previamente diseñadas para el logro de aprendizajes, siempre se pueden hacer ajustes, mejoras y adaptaciones en función de nuestro grupo de estudiantes. En ese sentido, identifique con claridad el perfil de sus estudiantes (quiénes son, de dónde vienen, edades y otros datos relevantes), pregúnteles cuáles son sus actividades favoritas, qué es lo que más le gustó del curso anterior o les resultó más difícil de comprender, en qué materias les fue mejor y qué hicieron para ello. Establezca espacios en los primeros días de regreso a clases para escuchar la opinión, las necesidades y preferencias de los estudiantes, con la suficiente apertura y flexibilidad para hacerles partícipes en la planificación de las actividades dentro y fuera del aula, que les ayude a conectar mejor con la dinámica de las clases y aprender con mayor interés.
No olvidemos que el entusiasmo es una emoción básica para el buen desempeño en las tareas que como seres humanos iniciamos, y que con una buena mezcla de nuestra creatividad y la planificación de espacios pensados para estimularlo, podremos lograr una dinámica escolar llena de energía positiva, orientada al logro de aprendizajes de todos nuestros estudiantes.
¡Promovamos juntos un entusiasmo ferviente y efusivo por el aprendizaje, en el contexto de este nuevo año escolar, allí donde nos encontremos!
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