Por / Cesarin Leonardo
Yumalai Castro Poueriet es una preciosa niña de apenas un año de edad es llevada a una tienda a escoger su juguete de día de Reyes.
Sus padres observan contentos y felices como la misma se divierte en lo que podría ser quien sabe si su primera pasola.
Después de probar y constatarse que todo funciona bien Manuel Castro metre de un restaurant en un hotel de la cadena Barceló de Bávaro regatea con el dueño de la tienda por el precio de la misma, sin llegar a acuerdo satisfactorio para ambos.
Luego de casi media hora en la tienda Modesta, madre de Yumalai junto a su esposo y Bethania prima de Manuel deciden visitar otro lugar a ver si encuentran otra oferta mejor para hacer feliz a su pequeña hija.
Pasada casi media hora Manuel regresa y le pide a uno de los vendedores de la tienda que le habilite la batería de la pasola pues aunque Modesta no está de acuerdo con el precio del juguete él ha decidido comprársela a su hija.
Aunque no logró convencer al propietario de la tienda que le vendiera lo que seria los reyes de su hija 100 pesos por debajo de la rebaja de 150 que ya le había hecho, Manuel paga y le lleva la pasola a Yumalai que junto a Modesta y Bethania aguardan en las afueras de otro establecimiento comercial.
Inmediatamente reunidos van a Pizotto a comer una pizza, tomarse unas pequeñas y ayudar su bebecita a divertirse tratando poner en funcionamiento el aparato.
Pregunto yo ahora: ¿Los Reyes Magos los traen, o los padres compran los juguetes?
En mí infancia (no hace tanto, 27 0 28) casi con la edad de Yumalai y hasta muchos años después, pasaba el año completo realizando mis asignaciones, obteniendo buenas notas, respetando a los mayores, no haciendo travesuras con tal de que los reyes me dejaran.
Por cierto me pasó lo mismo que a la bebesita Yumalai solo que a los 10 años viviendo en Piedra Blanca de Las Cuchillas cuando casi a las 11 de la noche llegó de Santo domingo mi padre Cristobal quien a pesar de retrasar su viaje para encontrarme acostado no pudo evitar que yo viera el regalo que me haría.
Esta quizás no fue la ocasión en que descubrí quien trae ”los reyes” pero sí que en lo adelante dejé la costumbre y el entusiasmo de dejar mentas y cigarrillos para los reyes y hierbas para los camellos.
No creo que debamos vivir engañando y tomando del pelo a nuestros niños, pero
A propósito del caso de Yumalai y de millones más que se dan como en el de las entregas masivas de juguetes por los políticos y otras personas.
¿ La emoción y el entusiasmo de que los reyes le dejen podrían influir en la conducta y actuaciones de un /a niñ@?
¿Podrá creer un niño en reyes magos si es llevado a comprar sus juguetes?
Y a propósito del cambio del feriado, ¿sabrán en 10 años más los niñ@s cuando es el verdadero día de reyes?
Estas y muchas preguntas más podrían surgirme o a usted amigo lector.
Gracias por dedicarme ese tiempo leyendo sobre esta quizás inútil y simple preocupación que tengo sobre lo que es la importancia de las tradiciones de nuestro pueblo.
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